Como Eran Divididas Las Tierras De Los Incas

Los Incas fueron una de las civilizaciones más importantes de América. Su presencia en los Andes de Suramérica fue fundamental para la historia de esta región. Durante su mandato, lograron crear un impresionante imperio y un gran sistema económico que aún hoy se estudia. Un elemento clave de este sistema fue la manera en que los Incas organizaban y distribuían el territorio.

En la división de tierras de los Incas se diferenciaba entre un espacio sagrado o “Intihuatana”, que queda reservado para propiedad real, y el territorio dividido entre los incas para la producción de alimentos. El territorio para la producción se dividía de la siguiente manera:

  • Tupac Yupanqui era la división más grande del Imperio, representando el reino del poderoso yugo Inca.
  • Cada tupac Yupanqui estaba conformado por una serie de provincias y cada una contenía a varios Ayllus.
  • Los ayllus eran divisiones aún más pequeñas compuestas por comunidades locales organizadas en torno a un líder.
  • Los ayllus tenían la responsabilidad de mantener la tierra cultivada según los parámetros deseado por el gobierno.

Además de estos niveles, estaba el “Sussu”, un sistema de tierras comunalmente administradas, donde cada familia contaba con un pedazo de tierra. Estas tierras podían ser intercambiadas entre las diferentes familias, previa autorización del líder Inca. Así, los Incas lograron crear un sistema muy complejo de redistribución de tierras que aún hoy en día es motivo de estudio.

Índice De Contenidos
  1. Recomendaciones
  2. ¿Cómo se dividían las tierras entre los nobles incas?
  3. ¿Qué objetivos tenía el gobierno inca para dividir las tierras?
  4. ¿Qué requisitos debían cumplir los habitantes para obtener tierras incas?
  5. ¿Cómo se controlaban las tierras de los incas?
  6. ¿Qué otras distribuciones de tierras había además de la división que hacían los incas?
  7. ¿Cómo eran utilizadas las tierras de los incas?
  8. ¿Existen modelos o prácticas de distribución de tierras similares a la de los incas?
  9. Conclusión

Recomendaciones

  1. La tierra era dividida en los llamados sistemas de mitayos y tambales. Los mitayos eran propiedad individual a cargo del Inca, mientras que los tambales eran el territorio comunal de los ciudadanos que componían el Tahuantinsuyu (Imperio Incaico).
  2. El sistema de mitayos proporcionaba recursos al Inca para financiar su gobierno y dar mantenimiento a sus construcciones. Estas tierras se asignaban a los nobles del imperio según sus lealtades al Inca.
  3. Por otro lado, los tambales estaban destinados al uso común, sirviendo como almacén de alimentos y como abastecimiento para las ciudades. El trabajo en estas tierras era obligatorio para los ciudadanos incaicos.
  4. Estos tambales eran controlados por autoridades locales llamadas curacas, quienes tenían el deber de recolectar impuestos que debían ser entregados al Inca.
  5. Los curacas también eran responsables de la distribución de alimentos y recursos naturales en sus territorios. Además, debían mantener el orden interno y velar por el bienestar de la comunidad.

¿Cómo se dividían las tierras entre los nobles incas?

Los nobles incas dividían el territorio entre ellos mediante un sistema de tributo que era administrado por el servicio estatal. Los incas gobernaban y protegían todas las tierras de los Andes y de las regiones costeras, y debido a ello, controlaban su explotación y uso.

Esta división era heredada y otorgada por el Inca, quien poseía todas las tierras como representante del Estado. Entonces, distribuía parciales de los terrenos de acuerdo a sus conveniencias.

Dichas extensiones de la tierra eran bautizadas con el nombre de Hatuncanchá, y cada una contenía parcelas adyacentes destinadas al cultivo y pastoreo, más algunas áreas custodiadas por el Inca para fines ceremoniales.

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Los nobles recibían estas tierras como una asignación temporal que se les otorgaba dependiendo de su posición dentro de la estructura de poder inca. Estas tierras, debían ser devueltas al Estado al finalizar la vida de quien las poseía, cuando eso ocurría, la libertad se abría para una persona con la misma categoría, quien podría reclamarlas.

Por otro lado, cuando un noble moría sin heredero alguno, sus tierras regresaban al Estado para ser administradas directamente, aunque desde ese punto la responsabilidad de protegerlas recaía en los miembros ascendentes del linaje, como padres, abuelos, etc.

Además, es importante destacar que los nobles incas solían mezclar sus propios terrenos con los ajenos, esto con el fin de solidificar la relación con sus vecinos de manera que la seguridad de la propiedad fuera respetada y los conflictos por posesión de la tierra evitados.

Las tierras restantes, se encargaban de administrarla los funcionarios del Estado inca. Eran ellos quienes custodiaban los terrenos, se ocupaban de organizar los trabajos necesarios para la producción agrícola, y debían velar porque los impuestos se pagaran correctamente. Estos administradores podían ser personas designadas por el Inca o nobles.

Fue con un complejo proceso jerárquico que los nobles incas se repartían las tierras a través de los llamados Hatuncanchá. Se trataba de un sistema de repartición temporal en el que se tomaban en cuenta los intereses de cada clase de la sociedad incaica.

¿Qué objetivos tenía el gobierno inca para dividir las tierras?

El Imperio Inca, gobernado durante los siglos XV al XVI, fue un estado prehispánico que cubría las zonas montañosas de lo que se considera actualmente como el sur de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Este poderoso imperio se caracterizaba por la planificación de su territorio en base a administraciones que incluían aspectos políticos, económicos, militares y sociales. Por lo tanto, para los incas la división de sus tierras era una forma de consolidar su imperio, para garantizar la integridad y seguridad de su población.

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Por tanto, resulta obvio decir que los principales objetivos del gobierno inca al dividir con tanta precisión sus tierras eran la administración y control de sus recursos y de la producción agrícola. Esto se hizo con la ayuda de una amplia y detallada infraestructura, que supo suplir todas las necesidades de las distintas regiones durante mucho tiempo.

También, la división de las tierras fue una forma de reducir el índice de rebeliones, imponiendo un orden social jerarquizado. Cada territorio estaba dividido en ciertas regiones, cada uno designado a un jefe reconocido por el gobierno central. De esta forma se promovió al territorio local, asegurándose así de que las producciones fueran administradas correctamente.

Los recursos naturales también ocuparon un papel importante en la división de las tierras. Al contar con recursos bien distribuidos por sus territorios los incas pudieron usarlos para el beneficio de la sociedad inca. Por ejemplo, los bosques y los meandros de los ríos eran utilizados para el aprovechamiento de la madera y el cultivo de los productos agrícolas respectivamente.

Además de lo antes mencionado, también cabe destacar que los incas utilizaban la división de las tierras a fin de construir caminos para comunicarse entre sus distintas regiones. Esto fue un gran avance para aquella época, ya que permitió un mayor comercio y movilidad entre los habitantes del imperio.

Los principales objetivos del gobierno inca al dividir las tierras fueron la administración y control de los recursos, la reducción del índice de rebeliones, el aprovechamiento de los recursos naturales y la construcción de caminos para la movilidad. Estas intenciones resultaron ser fundamentales para que el imperio inca llegara a durar tanto como lo hizo.

¿Qué requisitos debían cumplir los habitantes para obtener tierras incas?

En la época Inca, los habitantes debían cumplir ciertos requisitos para poder obtener tierras. Estos requisitos eran necesarios para que el Estado Inca mantuviera algunas de las estructuras sociales y políticas creadas por los gobernantes del imperio.
Primero, los solicitantes debían ser parte de la sociedad Inca y tener una habilidad específica que permitiera contribuir a la sociedad. Las personas que tuvieran estas habilidades podían recibir una parcela de tierra como recompensa de su trabajo.
Segundo, los solicitantes debían tener parentesco con la familia real o con los dirigentes del imperio. En caso contrario, se les exigía una gran cantidad de trabajo para demostrar su compromiso con el Estado.
Tercero, los solicitantes debían realizar trabajos específicos para el Estado. Estos trabajos incluían:

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  • Construcción de templos y/o caminos.
  • Colaboración en trabajos agrícolas.
  • Fabricación de artículos de lujo para la familia real.

Cuarto, el postulante tenía que ser capaz de defender la tierra de los ataques de otros pueblos. Así mismo, el solicitante debía participar en actividades militares y defensivas y ser leal al Estado.
Quinto, el postulante también debía pagar un impuesto por la tierra. Esto generalmente significaba la entrega de una cantidad de productos al Estado para que fueran distribuidos entre la gente.
Sexto, el solicitante también tenía que ser capaz de proveer de alimentos al Estado si es requerido. Esto meanifiestaba la contribución de los productores agrícolas para el mantenimiento de las estructuras del imperio.

Para poder conseguir tierras el gobierno inca estaba muy exigente con los aspirantes a poseerlas. Por lo tanto, los requisitos que se debían cumplir eran bastante estrictos.

¿Cómo se controlaban las tierras de los incas?

Los Incas eran una antigua civilización que gobernó durante el siglo XV en la zona andina de Suramérica. Se caracterizaron por organizar una gran estructura administrativa para gobernar los territorios que llegaban hasta Colombia, Ecuador y parte de Chile. La controlaban mediante un sistema de gobierno exclusivo llamado Tawantinsuyu.

Tawantinsuyu era el nombre del Tahuantinsuyo, la confederación de cuatro reinos de los incas. Estos eran los Qullasuyu, la región del Sur; Chinchaysuyu, región Centro; Antisuyu, región del Este y la región del Norte conocida como Kuntisuyu.

Cada región estaba dividida en distritos llamados Suyus, los cuales se dividían a su vez en Kurakas. Los Kurakas eran los responsables de la administración de cada región. Estos eran encargados de administrar sus tierras y recaudar impuestos, entre otras tareas.

En cuanto al manejo de tierras, los incas tenían un sistema de agricultura llamado “mitimaes”. Esto consistía en intercambiar los habitantes de ciertas regiones agrícolas para terminar con las disputas y problemas sobre la propiedad del territorio. Esto permitía a los incas tener un control absoluto de sus territorios.

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Además, los incas estaban al mando de todas las actividades económicas importantes como la minería, la manufactura, el comercio y la construcción. Esto les daba el control total sobre sus recursos y estaban comprometidos con el fomento del desarrollo económico.

El control de las tierras de los incas se basaba en el sistema encomienda. Esto consistía en la redistribución de grupos de trabajadores para trabajar en cultivos particulares, lo que daba a los incas un control sobre los recursos naturales.

También existía un sistema de castas para controlar a la población. Los incas crearon una estructura jerárquica de castas para gobernar y mantener el orden en el imperio. Los mismos incas estaban en la parte superior de la pirámide y todos los demás clanes tenían privilegios especiales en cuanto a control de la tierra.

Para controlar el territorio de los incas se usaron varias herramientas, desde la distribución de trabajadores según el sistema encomienda, hasta el sistema de castas y el intercambio de población mediante los mitimaes. Estas herramientas fueron claves para el mantenimiento del orden en la región durante el gobierno incaico.

¿Qué otras distribuciones de tierras había además de la división que hacían los incas?

Además de la distribución de la tierra que hacían los incas, existían otros sistemas que se manejaban principalmente por su creencia y religión. Estos sistemas eran aplicados a todo el pueblo y tenían una intención específica, como la agricultura o la ganadería. Entre estos sistemas podemos encontrar diferentes tipos de distribución de la tierra:
Convivencia comunal: El Incanato se basó en la comunidad. Cada región se dividía en diferentes grupos llamados ayllus. Además, tenían también divisiones a nivel local, cada una con sus autoridades. Estas divisiones tenían que asegurar la repartición de la tierra a los miembros de la comunidad, para lo cual se entregaban títulos de propiedad. De este modo, la tierra era manejada de forma comunal.
Mita: Esta forma de distribuir la tierra se hacía mediante el trabajo forzado, pero era aceptado comúnmente por los miembros de la civilización. La tierra estaba repartida por los empleadores, conocidos como mitayos, quienes recibían a cambio trabajo y algunas veces alimentos. Los pueblos de cada región recibían títulos de propiedad en base a los servicios prestados.
Horca: Esta era una forma de distribución de tierras muy antigua, que fue llevada a cabo durante el periodo de vida de los incas. Esta forma de distribución consistía en las comunidades recibir tierras a cambio de impuestos, a través del servicio militar, y a cambio de trabajos agrícolas. Esta tierra era distribuida por zonas y por períodos temporales, dependiendo de cuánto tiempo se mantuviera la tierra cultivada.
Propiedad privada: Esta forma de distribución de tierras se mantuvo desde los primeros días del Imperio Incaico. La propiedad privada de la tierra se concedía a nobles, miembros de la familia real, guerreros y funcionarios del gobierno. Estas tierras eran administradas y explotadas directamente por los propietarios, quienes podían ser dueños de sus propias fincas.
Huasipungo: Esta fue una forma de distribución de la tierra que se llevó a cabo durante el cambio de gobernantes del Imperio Incaico. Se trataba de una redistribución de la tierra, en la cual los propietarios eran obligados a ceder una parte de sus tierras al nuevo gobierno. Esta tierra sería luego redistribuida entre los pueblos, quienes la utilizarían para producir alimentos para la gente.

Como se puede ver, los incas estaban bastante avanzados para su época en cuanto a la distribución de la tierra. A través de estas formas de distribución, lograron asegurar la producción de alimentos para toda su población, además de mantener la armonía entre los diferentes grupos.

¿Cómo eran utilizadas las tierras de los incas?

Los incas eran un pueblo conocido por sus hazañas en materia de agricultura, ingeniería e infraestructuras. Por lo tanto, es fácil entender que su principal fuente de supervivencia provenía de las tierras cultivadas por ellos mismos. Estas llevaban la denominación de "Chacras Incas", que se constituían de lugares fértiles ubicados al sur del Perú, Chile y Bolivia. Estas tierras incas servían para la producción de alimentos, la especialización de productos y, en general, para mantener el flujo económico del Imperio Inca.

Cada Chacra Inca, con formas rectangulares, era divisible en parcelas destinadas a fines específicos, como la agricultura o la ganadería. Las propiedades de estas tierras pertenecían a los incas, aunque de manera indirecta podían otorgarles a sus súbditos, quienes debían realizar trabajos humanos a cambio. Además, había cierta relación entre los Estados provinciales y el inca, éste asignaba partidas del territorio a los Estados provinciales, para que éstos hiciesen uso de estas tierras bajo el control del gobierno. Algunas tribus también recibían tierras, así mismo, existían áreas que eran utilizadas para fines relacionados con los principales dioses del Incanato, y otras que eran utilizadas para fines guerreros o militares.

En cuanto a la labor de los campesinos, tenían que contribuir con tributos para el mantenimiento del imperio. Estos tributos consistían en alimentos, bebidas y objetos preciosos, además de labor para diversos fines, como el cuidado de la tierra y el desarrollo del país. Estas contribuciones forzadas estaban constituidas por un grupo social denominado los "Mita", quienes mantenían una relación estrecha con los incas, ya que eran sumamente importantes para el éxito de la economía inca.

Otro factor que contribuyó a la riqueza de las tierras de los incas fue la innovación en cuanto a la ingeniería y la agricultura, permitiendo la tierra ser explotada al máximo. Gracias a su habilidad con el terreno, construyeron canales de irrigación, acueductos, terrazas para la siembra, etc. Todas estas mejoras ayudaron a incrementar los rendimientos y a hacer la tierra mucho más fértil para la siembra y el comercio.

La utilización de las tierras de los incas estaba dirigida principalmente a la producción de alimentos, especialmente maíz, papa, ají y la patita. Esto les permitió la obtención de los alimentos básicos necesarios para mantener su cultura y su economía. La tierra también se utilizó para la creación de terrazas, donde se dedicaban actividades agrícolas, como la siembra de los alimentos mencionados. Al mismo tiempo, los incas requerían a través de tributos la obtención de alimentos, objetos preciosos, etc. Estas tierras también eran utilizadas para fines religiosos y militares, constituyéndose así en la principal fuente de sustento del imperio inca.

¿Existen modelos o prácticas de distribución de tierras similares a la de los incas?

Desde tiempos remotos, muchas sociedades han desarrollado modelos de distribución de tierras de acuerdo a sus necesidades, costumbres y culturas. El modelo incaico es uno de los más relevantes dentro de las prácticas desarrolladas por las comunidades antiguas. A pesar de que fue un sistema perfecto para la época, el mismo no fue copiado ni implementado por ninguna otra cultura. Sin embargo, sí existen otros ejemplos similares.

Los aztecas, civilización prehispánica radicada en el sur de México, desarrollaron un sistema de distribución de tierras con algunas semejanzas con el incaico. Se conoce como “Otlatl”, sin ánimo de lucro, en el cual los señores locales repartían la tierra entre los campesinos para su uso agrícola, cobrando impuestos por el uso del recurso. A diferencia del sistema incaico, en el cual los terratenientes ocupaban el terreno de manera permanente, estos eran repartidos en parcelas que cambiaban de dueño cada año, lo cual permitía una mejor distribución de los recursos.

En el Imperio Romano también se desarrolló un sistema de distribución de tierras relativamente similar al de los incas. Esto era llamado latifundium, en el cual un terrateniente o patrón adquiría grandes extensiones de tierra para el cultivo de sus cosechas. El propietario cobraba por los servicios de arrendamiento de la tierra a los campesinos, pagando mediante alimentos, trabajo y dinero. De aquí proviene la palabra latifundio.

Los mapuches, pueblo originario del sur de Chile y Argentina, poseían un peculiar modelo de distribución de tierras conocido como “mallín”. Con este sistema se repartían la tierra y los pastos entre los miembros de la comunidad, sin importar su linaje o parentesco. Esto significaba que no existían dueños permanentes de los terrenos, sino que éstos se redistribuían anualmente entre la gente. Esta práctica favorecía el equilibrio entre los miembros de la comunidad ya que todos tenían acceso a igual cantidad de recursos, independientemente de sus cualidades personales o familiares.

Como evidencia, este tipo de modelos similares a la de los incas han sido desarrollados durante centurias en varios pueblos de América, y con el fin de favorecer la distribución equitativa de los recursos y evitar el conflicto entre los miembros de la comunidad, aún persisten en algunos grupos indígenas.

Conclusión

Los Incas dividían sus tierras en tres tipos diferentes, los cuales se conocían como suyos, mitimaes y amoryanac. Los suyos eran las tierras que pertenecían a la clase noble y alta de la sociedad inca, quienes eran los dueños del territorio y tenían el privilegio de utilizarla y explotarla. Los mitimaes eran los campesinos, quienes trabajaban estas tierras para los nobles, y recibían una parte del producto para pagar impuestos al señor inca. Por último, los amoryanac eran aquellos que tenían la tarea de cuidar las tierras sagradas incas, ya que representaban la tierra de los dioses.

Esta división de tierras permitió la estabilidad del Imperio Inca porque fue la base sobre la cual el señor inca podía administrar el territorio y repartir y controlar los recursos. Además, con esta estructura se garantizó que los nobles tendrían una iniciativa por mejorar la vida de sus súbditos y les dieron las herramientas necesarias para promover el bienestar de todas las clases sociales.

De esta manera, es fácil ver cómo la división de las tierras de los Incas fue un factor clave para que el imperio pudiera prosperar durante siglos. Esta forma de organización territorial no solo permitió la estabilidad política y económica, sino que además permitió que los habitantes de las tierras suyos, mitimaes y amoryanac se beneficiaran de la labor de los otros y se esforzaran por mantener el equilibrio entre todas las clases sociales.

La división de las tierras de los Incas tuvo un profundo significado en la época. Fue un método eficaz para regular la administración de recursos en el Imperio Inca y garantizar la prosperidad de toda la población. Esta división fue la base sobre la cual se estableció un sistema de organización social y político que, a pesar del paso de los siglos, sigue siendo un ejemplo de igualdad y equilibrio para grandes imperios.

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